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Hola

Soy Pablo Buniak, nací en Argentina y radico en México desde hace más de 20 años.


Canto desde que tengo uso de razón y toco el piano desde los 11 años. Me he dedicado a cantar profesionalmente desde hace más de 27 años. He sido maestro de canto por más de 22 años.

Te invito a leer mi historia.

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Mi historia

Aunque me he formado en técnica vocal con prestigiosos profesores de Argentina, sin embargo, había una cierta incomodidad que aparecía al momento de cantar. Especialmente al abordar un repertorio más complejo o con más retos.
Mi voz tendía a sonar apretada y forzada. Mi concepción de emitir sonido involucraba mucho más esfuerzo del necesario.
Por otro lado, el estar sentado en el piano siempre era motivo de dolor en mi espalda baja, al punto de no poder ensayar más de unos minutos.

Dentro de mi grupo de amigos, casi todos relacionados con el arte, varias personas me recomendaban probar tomar clases de Técnica Alexander. Aunque no me sabían explicar con exactitud de qué se trataba, intuían que podría ayudarme en varios aspectos de mi vida, mi voz y mi postura, a la que jamás había prestado atención.

Me fue bastante difícil encontrar un profesor de Técnica Alexander en mi zona, y sumado a que económicamente no me sentía lo suficientemente solvente como para iniciar una serie de clases, fui postergando durante mucho tiempo mi primera clase.

Finalmente, logré encontrar un profesor de Alexander en mi ciudad, México e hice mi primera clase.
Aunque intelectualmente no logré entender de qué se trataba la técnica, aún recuerdo la sensación que tuve al salir de esa primera sesión: caminaba como si mis articulaciones hubieran sido aceitadas, mi voz se encontraba libre, resonante, y parecía que flotaba al caminar. Este día fue un parte aguas en mi vida.
Quedé tan impactado que continué tomando más sesiones. Un día, mientras me bañaba y vocalizaba, llegué a cantar un re sobreaguado. Algo que jamás había logrado ni en mis mejores momentos. Este día también marcó un antes y un después en mi vida profesional.
Decidí que yo iba a formarme como maestro de Técnica Alexander y que no solo mejoraría definitivamente mi emisión vocal, mi postura y aliviaría mis dolores, sino que también ayudaría a otros en mi misma situación.

A partir de mi formación como profesor de Técnica Alexander comencé a aplicar sus principios a muchas situaciones de mi vida cotidiana, y específicamente a mi función vocal.Descubrí una voz que nunca había escuchado en mí. Una facilidad que no conocía. Una emisión resonante, limpia, fluida y sin esfuerzo. Por otro lado todos los dolores relacionados con mi postura, especialmente aquellos vinculados a mi ejecución del piano, se disolvieron y jamás regresaron.

Con más de 15 años de haber comenzado en la Técnica Alexander, puedo afirmar que ha sido un cambio total en mi vida. He entendido que la Técnica no es un intento por “corregir” o solucionar fragmentos de mi cuerpo, sino una posibilidad de concebirme como una unidad conformada por cuerpo-mente y emociones.

Desde hace más de 10 años que ayudo a muchas personas, especialmente a músicos instrumentistas y a cantantes en situaciones similares a la mía, e incluso peores,  a encontrar esta misma unidad, esta misma integración que nos permite aprender a “usarnos” de una forma más acorde a nuestro diseño natural, y nos ayuda a conseguir una musicalidad única, expresiva, libre y con menos esfuerzo.

Me siento muy feliz de dedicarme a difundir esta maravillosa técnica que tantos beneficios aporta.

La Técnica Alexander implica un  cambio de paradigma y una forma de estar en el mundo.

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